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martes, 5 de enero de 2010

"La cena de los notables" desenmasacara a "El País" y al sistema

El libro de Constantino Bértolo, La cena de los notables, publicado por Periférica y que llegó a México el año pasado, es un ensayo que deben leer los interesados en la literatura porque desmenusa el proceso creativo literario tomando en consideración aspectos que los estudiosos y los creadores han deshechado por obsoletos pero que  Bértolo rescata: la ética del escritor, la función social de la literatura, la lucha de clases (o de poder, según se quiera ver), y el papel de dos elementos sobrevalorados en la actualidad: el mercado y el crítico.
La estructura del libro está diseñada para conducir al lector a la refelxión de aspectos que conviven en el todo que representa la literatura, especialmente en la narrativa, dice Bértolo. Se reconoce que se escribe para que se lea, y que ello representa un pacto entre el individuo escritor y el grupo social a través de los lectores. Bértolo ahonda en ese pacto porque es clave para entender cómo el mercado ha sustituido al grupo social y manipula a la crítica para controlar a la creación (representada por la literatura).
No es un texto para quienes sientan representar la voz del pueblo (llámense periodistas culturales, estudiosos del tema o críticos literarios), ya que pone énfasis en las cualidades que permiten identificar que hoy, a excepción de la red virtual, los medios son los verdaderos detentadores de la opinión y que, como concluye Bértolo, la burocracia de los medios de comunicación dictan las líneas de opinión, ubicando al crítico como mero aplaudidor del sistema: el mercado.
El ejercicio de Bértolo, puede aplicarse a otros medios artísticos, pienso en el teatro o en las artes plásticas, en la literatura o en la arquitectura.
No cabe duda que Bourdieu tenía razón, el habitus marca al campo. Y con algunas excepciones, Bértolo logra demostrar que la teoría desenmascara a la realidad. El caso real que utiliza es el que ofreció la burocracia de el periódico El país, que en México goza de un aura de prestigio basado en la publicidad y en el sistema de clases: leer ese diario es ser culto y detentar una posición social superior. En fin.

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