Después de los 15,000; la cuenta sigue...

sábado, 23 de enero de 2010

De Juan Ramón Jiménez

Se han unido la hora, el piano y tu cuerpo,
para hacerme morir de nostalgias fragantes...
¡Qué me importala vida! ¡Por cogerte una estrella,
rodaría a un abismo de dolor y verdades!

Y has musitado mi frente con la música triste
de la nieve y del luto del piano y tu carne...
¡Con tus armas de seda, de perfume y de llanto,
te daría cien almas que pudiera quitarme!

...La sonata se extingue... Por la abierta ventana
entra una rosa encendido de caída tarde,
y tus manos se abaten cual palomas heridas
y el piano parece que se tiñe de sangre...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen día profesor Araujo.

Al leer los poemas, este fue el que más me agrado. Al principio no entendía, pero después de leerlo nuevamente lo puede comprender.
No conozco mucho de poesía, pero sé que el autor es un buen artista.

Atte. Sara Guzmán