Intrusos

Estoy aquí…

como ladrón que desvalija al día del tiempo,

de los segundos que faltan para

contemplarte de nuevo, y…

por fin te huelo, te siento, te veo en el umbral…

Atraviesas esa puerta cual frágil

obscuridad que vence al mundo…

dejas atrás tus miedos…

depositas tus recuerdos en tu cajón favorito…

te despojas de lo que no tenga

que ver con nosotros…

y te acercas… hasta el punto en que mi piel

se eriza al contacto con tu aliento…

Con tan sólo un “hola” derrumbas cada pedazo

de eso que llaman culpa y

abres el espacio exacto para sentir y para vivir…

haces que el ruido de la calle ya no

pertenezca a nuestro mundo…

y comienzas desde ese momento a hacerme tuyo,

tan sólo con tu imagen reflejada en cada

centímetro de esta habitación…

Tiernamente acaricias mi cabello, tomas mi cara

entre tus manos y me besas…

entrelazas tus brazos en mi cuerpo

y me haces sentir esa pasión contenida por un largo tiempo…

un día nada más…

pues tu vida y la mía nacen así: cada día…

Me quedo sin palabras… pues las palabras sobran…

me quedo sin aliento… pues te lo estás bebiendo…

te contemplo y me deleito… tan sólo eso…

Me sueltas…

me avientas cual muñeco que bailara a tu antojo…

y sonríes cómplice…

te miras al espejo y te vas despojando lentamente de la ropa…

esa ropa que huele y sabe a ti…

con una dulce combinación entre tu cuerpo,

tu perfume favorito y el deseo…

Y entonces sucede…

no contenemos más las ganas que

han venido a acompañarnos…

te das permiso de esa libertad tan tuya…

te exploro con mis manos, mis labios,

mi lengua y mi todo…

te regalas conmigo con tus caricias y tu cuerpo…

abres para mí tu más frágil intimidad y yo

deposito en ti lo que sabemos…

Sí… lo que hace unos minutos eran dos

se han convertido en uno sólo…

y recorremos el camino que conduce hasta el orgasmo…

y somos plenos…

No hace falta decir más…

los dos intuimos lo que pasará cuando

este encuentro furtivo llegue a su final…

tu traspasarás la puerta…

yo me quedaré sonriendo…

y mañana… al abrigo de un buen pretexto…

tal vez en otro escenario que nos venga bien…

la historia se repetirá…

seremos dos intrusos en comunión…

y te esperaré como ahora…

y te desearé como ayer…

y te amaré como siempre…

Gerardo Moreno González