Después de los 15,000; la cuenta sigue...

domingo, 30 de enero de 2011

Ventura

Héctor Ventura Cruz es uno de los personajes más importntes en el ámbito de la creación plástica de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Vivió en el siglo pasado y el 2010 se lo llevó. Su obra, reconocida por los historiadores chiapanecos del arte, especialmente en lo que se refiere a las obras realizadas en técnica de acrílico u óleo sobre tela y a sus pasiajes hechos a la acuarela, fue publicada en numerosos medios impresos, desde la revista Chiapas hasta la renombrada revista ICACH. Publicaciones consideradas instituciones culturales y parte aguas en el desarrollo cultural del estado de Chiapas.
Su obra publicada fue creada especialmente como parte de un ejercicio creativo doble: la ilustración, represetnar lo que dicen las palabras escritas y, a la vez, aportar un nuevo producto.
Aunque puede considerarse a la ilustración como un arte condicionado por el texto escrito, el reto del ilustrador es la conversión del lenguaje escrito a la imagen visual; es decir, no se trata de representar las descripicones que aparecen en los escritos. Recordemos que un texto usa imágenes que en retórica van de las comparaciones a las metáforas. Siguiendo a Jackobson, el lenguaje hace uso de la función poética, es decir, abre la interpretación del significado.
La imagen creada se convierte en compañía del texto, pero la ilustración puede mantenerse autónoma y funciona como un producto independiente. Recordemos a uno de los más grandes ilustradores mexicanos, a José Guadalupe Posada, para ejemplificar cómo la imagen creada surge de los textos y cobra autonomía propia.
Para Chiapas, el trabajo de Ventura permite reconocer la tradición que se mantene vigente en esta área. Se ilustran noticias, cuentos, mitos, historias teatro y poemas.

Ilustraciónde Héctor Ventura Cruz publicada en la revista Chiapas número 16.
Extraida del archivo Histórico de la UNICACH.


miércoles, 26 de enero de 2011

Y las hijas de la noche?

Al iniciar el día, en cualquier sitio o en ninguno en especial, la luz genera sombras, esta vez, para decirnos, aquí estarán "Las hijas de la noche"
Y no importará si es de día o no, al final, cantemos con Baudelaire: A la vida, robemos furtivo placer.

viernes, 7 de enero de 2011

Sombra I


Cada año, en el último día, todo parece que se cierra. Nos dicen que el tiempo es cíclico y que por esa razón, uno, o una, todo depende del cristal, debe hacer las cuentas (como si hacer cuentas fuera importante!). Y sí, imbuidos en esa dinámica, no queda sino pensar en lo que concluye.
Pero parece que no hay conclusión, las resacas del día siguiente, las salidas y entradas de los mismos sitios recorridos en el año viejo y muerto, siguen estando ahí y con las mismas personas que deambulan casi como sombies. Y sí, andan en bola, pero están solos de  esa soledad que es mal posmoderno.
Por eso, creo que se ha hecho un hábito personal salir y deambular sin compañía, porque uno, o una -vuelvo a decir- no puede evitar el sonsonete de las cuentas y de los saldos, tanto lo dicen, tanto se oye, que terminamos creyendo en ellos; sí, ésa es una razón, la otra es reconocer esa soledad: no se necesita compañía para ello. Y así, los pies agarran rumbos ciertos y el viento de invierno susurra verdades que esperan seer escuchadas.
Cuando salgo y camino en diciembre, en el último día, en la última tarde, no estoy solo, salimos ella y yo: yo y mi sombra.