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domingo, 8 de noviembre de 2009

DIALOGO DE SORDOS?

DOS VISIONES COINCIDENTES.

Recién pasada la emoción de exhibir los resultados del proyecto Chiapas-Chicago -por cierto, manejado de manera muy poco transparente, entre otras cosas, porque nadie conoció los criterios utilizados para apoyar a este proyecto y a otros no-, el espectador pudo ver lo que hacen los artistas locales por entrarle al mercado del arte que se conoce como el segmento culto, ya que se especializa en crear obras para que las instituciones culturales les abran las puertas, caso especial el de los museos. Así, las técnicas tradicionales, pintura y fotografía, se vieron alteradas para aplicarse a soportes distintos a la tela y a la madera. Algo que ya se vuelve tradicional también. Los ojos del espectador poco habituados encontrará en la muestra interesantes formas de presentar los objetos artísticos. De interesarse, se recomienda checar Marcel Duchamp y al arte Dadá, o la evolución del arte objeto, del arte conceptual y de los land arts del siglo pasado.
Lo cierto es que hay un resultado tangible, sino vean la obra que presentó Hersalía Cantoral.

Algo para reflexionar. Hay aciertos, sí, y muchos. Sin embargo, ya no son tiempos para que la acción de los funcionarios e instituciones pasen sin revisión. Lo comento porque interpretando los hechos, como Barthes enseña, resulta muy curioso que justo en esas fechas se abriera otra muestra, ubicada a unos pasos de la anterior: ¿Arte contemporáneo?
El título mismo invita a pensar. Por qué una pregunta de título. Por una razón. Ovilla y su mano que mueve la cuna lo saben. Yo, lo supongo. Y me atrevo a decirlo. Se cuestiona lo que es arte. Se cuestiona la muestra Chiapas-Chicago. Se cuestiona a la institución de cultura y se cuestiona al sistema de aprendizaje del arte.
No es casual que la mayoría de las obras sean de autores muy jóvenes, nacidos a mediados de los años ochenta. Incluso, no son artistas de profesión aunque tengan estudios de arquitectura. Se nota, por ejemplo, el interés en la mímesis, sí, la que enseñó Platón; no apostaron por la de Aristóteles. Y vemos en ella el excesivo sobamiento del pincel, pero craso error, la falta del estudio de la anatomía se presenta en las manos, siempre las manos. O vemos curiosos experimentos expresionistas, a la manera de Miró, se vuelven ingenuos porque ya son caminos andados y de tan viejos, nuevos.
Sin embargo, hay quedecrilo, el camino del arte está construido de actitud. Y estos muchachos la tienen. Ojalá y los veamos apostando por la creación de mercados, eso sí es atrevido, y demuestra espíritu crítico. Los mercados existentes son facilitos. Es cosa de encontrarles el modo, o no?


Para cerrar este comentario. Es diálogo de sordos. Sí. Unos dicen ya "somos internacionales"; los otros prefieren cuestionar y cuestionar. No se observa un rumbo. No hay política, como tampoco hay academia. Ni modo, es cosa de sobrevivencia, improvisación frente al acontecer diario. (La obra es de Ulises Zenteno, sino me equivoco)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rafael estimado: Es un tema complejo y sucede en casi cualquier parte del mundo. Pero en América latina es una constante. Los artistas se extravían porque también realizan las actividades de los promotores y, para su desgracia, de los corredores.

Un saludo desde el norte de Europa.
Karla Peritowski