Ésta es la ciudad que me habita. Nace contra la montaña del Sur. Aparece una casa, luego otra, se transforma en líneas que de tanto cruzarse parecen una retícula abstracta llena de colores. A veces, en ella, el humo de mis ojos se torna violáceo y el cuerpo de las mujeres son las letras del amor. Por eso, te invito a que la recorras, es probable que conmigo te extravíes en ella.
Rafael Araujo. Página interior. Libro 3: Naturaleza muerta. Mixta. 2012. |
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